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miércoles, 30 de enero de 2013

DE RAPTO Y TEDIO-POESIA

DE RAPTO Y TEDIO
Antonio Belaunde Moreyra
(Poemario)
 

¿QUÉ ES POESÍA?


A mi madre y a mi hija, Teresas



Poesía es palabra musical, por eso se le llama lírica.

La poesía es como una barca que navegase una onda rítmica.

La barca es el sentido, lo dicho; la onda es música interior en que lo dicho se apoya y en cierta medida encuentra su cumplimiento.

El lenguaje poético puede ser del más coherente rigor racional, como puede también ser una pura sugestión estilística, en apariencia no sujeta a las leyes del sentido.

Cualquier contenido de lenguaje que sea vital, existencialmente penetrante, es virtualmente poesía.  Para serlo real, actualmente, debe colmarse de una resonancia musical acordada.

La música interior transmuta la retórica en poesía.

Hay quien prefiere decir trastoca.

El lenguaje poético es género próximo; la música interior es la diferencia específica.

La música interior está hecha ante todo por las cuerdas que el poema pulsa en el alma, pero ella se apoya también en las profundidades tonales y rítmicas del habla.

La música en poesía, amén las armonías fonéticas, resulta del juego de dos y hasta tres ritmos: el ritmo de la métrica, el ritmo de la frase y el ritmo de la rima.

Los acentos dan el compás, marcan el paso;
la cuenta de las sílabas da los armónicos;
la frase, la pulsión del pensamiento;
las rimas destacan y anudan las ideas.

Una forma intensa de musicalidad del poema es la concordancia monódica de los tres ritmos.

La forma opuesta, no menos intensa, es su diferenciación polifónica, el contrapunto en filigrana de los ritmos. Entre ambos extremos las posibilidades son infinitas.

La poesía es una rima de ritmos, consonante o asonante a discreción.

La rima tiene desinencia.

En toda verdadera poesía el decir expreso y la musicalidad interior están totalmente compenetrados uno en el otro.

Hay versos que son cristales sólidos, hieráticos; los hay que son cristales líquidos, para la voz, el canto; hay también poemas en que sólo el pensamiento tañe la lira.

Se ha dicho “palabra en el tiempo”; pero también la idea inmutable es poesía.

La metáfora más audaz culmina en la idea.

La poesía es la quinta esencia, la piedra filosofal, el elixir del amor y de la vida.

Y todo lo demás, Verlaine lo dijo, es sólo literatura.

Bogotá, 11 de noviembre de 1981



I

De asonancia en consonancia
voy perdiendo la razón.

Dame al menos tu opinión
y una alegre resonancia.

El vino en mi vaso escancia
de tu espíritu burlón.

Tú eres ya mi absolución,
tú, mi juez de única instancia



II

Tres Epístolas





a

En una de callar trájome acíbar
por ver si era más fuerte mi apetencia
que repugnancia a semejante almíbar.

No en vaso de oro gustara del manjar
que en esa de callar no hay complacencia
salvo, y es claro, el deleite a plea mar.

Autora de tamaña travesura
es niña brava, coqueta, regalona,
no exenta de hermosura,
que a su misión de esclava une
malicia soterránea y socarrona,
y ¿acaso el lazo del amor al fin desune?

Ten cuidado, es bien sabido
que atentado sin sonido
es peor que raudo,
por eso, ponte a buen recaudo.



b

“Catorce versos dicen que es  soneto”
y cuántos versos dicen que es poeta?
Cuántos?, o mas bien  lo que ahí se meta,
que yo quiero, e intento, mas no meto.

Si alguna vez pudiera te prometo
aprenderme de memoria la receta
y a tu amor cantar una completa
oda sáfica de amor completo.

Te he llamado alguna vez coqueta,
más no creas que por falta de respeto,
tras la rima divaga remaceta,

tras calvicie de Musas dereleto.
Ya es hora de cortarme la coleta
en habiendo puesto punto a este soneto.

Y de hundirme en solitario leto.
 

c

Tu carta en mis manos se hace voz.
Tu voz despierta mis sentidos.
Te veo y no te veo
y se abren tus ojos al cerrar los míos.
Oh recreo de recrear tu figura
y tu color castaña,
y de gustar la ambrosía en tus cabellos,
efímera celosía sobre tu rostro.

En mis manos palpita tu torso
que amor doblega,
me llega tu calor
en ebrio viento,
dentro mi boca siento
la loca savia de tu riente boca,
tu tierno aliento.



III


A Antonio Machado



Tu verso nos trajo
la tímida arrogancia
de astifinas imágenes de encinas,
el glauco bullir de chopos
del Duero y el Tajo,
fragancia de limonero del Guadalquivir;

y con el paisaje de España nos dijo
la pura esencia del ser vir,
de tu ánima fluyente el centro fijo
que es prepararse a bien morir.

Para ello en las flechas de Cupido
amar lo que hay de hospitalario,
no dejarse arrastrar al son gregario
ni venderse a vida lueñe,
pensar, y siempre con el mazo dando,
dejar que el tiempo pase, y sueñe
hasta que al fin del tiempo aguardando
cúmplase el milagro en que el corazón se empeñe.


VI


Reductio ad absurdum




El estroncio y el bario
de su raro escapulario
he sumado a mi rosario

en memoria de Eleuterio,
quien advierte mi criterio
va camino al cementerio.

Os parece estrafalario?
Sin embargo, es muy serio.

Entonado al son gregario
este canto, quedo y vario,
es mejor que un relicario

o que el canto azul de Hesperio
o el aroma de sahumerio
del británico imperio.

Este canto de notario
digno es de un monasterio

do el abate Dom Gregorio
fuera amante, asaz notorio,
de quien fue figlia do Giorio.

Más fortuna que Tenorio
tuvo el monje secretario,
que entonaba al son gregario,
cual sopor de un responsorio,
encendiendo un candelario
al guardián de su emporio,
este canto, quedo y vario,
sin tenor complementario.

Nada menos amatorio
que su ritmo mortuorio,
desprovisto de misterio.

Vaivén huero de incensario,
blando, absurdo, triste y serio.



IV


De Monsieur de la Palisse


Voyons´ y clair, ma chère amie,
la clarté dans la vue
est au moins aussi importante
que la joie dans la vie.
C`est pourquoi je suis d`avis
d´essayer de voir toujours claire,
et claire penser,
non pas seulement à la lumière
des éclairs soudains de l`intuituion
mais plutôt en regardant
continuelle et fixement
a l´humble lumière de la lampe
que chaqu`un,
malgré lui parfois,
porte avec soi.



V


Lago Andino,

Do reposa el ronco son del trueno;
lago que el viento no osa
ondear con el seno de su soplo,
do se aquieta el resoplo
del pecho jadeante
tras el agreste camino;
en ti la Luna, y el Sol, se posa
sin cesar en su carrera,
tu espejo es una quimera
de paz horizontal
que anhelante el Ande abraza,
a que se entrega,
y por no perderla
en sus miembros de metal
encierra tu taza,
y por no ver la cima
a donde tu abismo llega
y lo que esconde…
IX

A un dentista

Tengo tapada una oreja
que me deja en la estacada,
rengo oyente,
y acentúa, circunfleja,
un diente con doble púa,
no es de roble quien siente!
Rabia inmoble,
poco sabia,
dolor triple.
Tiple el tímpano canta
y un pífano se levanta
del meollo a la garganta,
que acrecienta la algazara,
ya revienta mi alma en este embrollo,
ojalá reventara!
Reviente y vuelva la calma
con su palma y su laurel,
cese el ruido interior
como en el otro estertor
“fü” la torre de Babel.









VII


Du hast mich lange “verhöllet”,
dornende Nachtigall,
leindende Lieder noch schwüllen
un die Sonne ruht sein Strahl.

Glüende Messer
klingen mich besser,
mindestens dieses Mal.



Dichos breves,
Cuidados,
Que hagan leves
Graves cuidados
De que no eximen,
Ritmos rimen
Asonantados.


XIII

Valse


Fuera bien reloj de arena
a medir el tiempo q´el
fiero adiós de tu bajel
hame impuesto por condena;

triste adiós a vida amena,
destierro a un desierto cruel,
desierto que fue antes vergel
regado a tu savia, morena.

Tu recuerdo me enajena,
vuelve a mí, cura mi pena,
ven de amor la copa llena
aunque fuere amor infiel
en almíbar trocas hiel,
dulce miel de tu colmena



X

Epitafio



Pensando lo impensable
perdió el tiempo, indispensable,
y cortando con su sable
el viento,
perdió el aliento.
Bien está que de él no se hable.



XI

Charla de velorio


-¿Qué arrugó su tez?
- El ajedrez
-¿Qué enroncó su voz?
-La tos de tabaco,
y libar como el dios Baco
dióle un miedo atroz
de la vejez prematura…
-Ay que es dura la vida
más no dura,
y a cada coz que nos da en su huída,
qué premura?
nos hace más difícil la partida…

-Entiende alma porfiada la aporía
antes que llegue el día
en que no entiendas nada.



XII

  1. Regina E.

Regina
camina
con suave
mohina.
Va andando Regina,
su paso no es grave,
y cuando camina
su risa ilumina,
su risa argentina
es más peregrina
que el canto del ave.
Salve! Regina




XVII

De rapto y tedio
el justo medio
quisiera hallar.

El justo medio,
apto remedio
al fiero asedio
de rapto
    o tedio;
más no lo capto.

Mejor callar.



XIV

“Pisad graznando la corriente cana”
Del famélico océano en la ribera
Que callado viene desde fuera
En espera de robarse miel profana.

Despertando al albor de su mañana
La mar se avanza por doquiera
Y fuera mansa tan airada fiera
De no ser ciega vuestra andar liviana.

Coged las prendas al doblar la esquina
De estrecho callejón do mustia cita
Tenéis, sólo de rosa nuda espina,

Que vuestra mala suerte ya fue escrita:
Cese al abrazo que al asir fulmina
El tedio y medio de la dolce vita.



XV

Para un album


Del dicho al hecho hay mucho trecho.

Más que del beso al lecho,
que de la cuna
al nicho;
por eso, vieja conseja importuna,
no abrigues fe en tu pecho.

Empero, a mi despecho
no des fe alguna.


XVI

La fuente, un caño,
suena al fondo de la noche,
y la cabeza llena alterna fantasías,
y el reproche por ceder a ellas,
y la pena, porque son mentira.

Leve daño en la noche sin estrellas
de otro día con apenas leves huellas
de en el fondo, sabe Dios qué año.