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lunes, 21 de enero de 2013

UN EXORDIO ESTRATÉGICO

UN EXORDIO ESTRATÉGICO
Antonio Belaunde Moreyra
    

La CONVEMAR es un código jurídico universal que regula los usos pacíficos del ámbito talásico: En primer termino la navegación civil ó comercial; en segundo término la pesca y otras actividades explorativas de los recursos vivos; en tercer lugar la explotación de los recursos minerales de los fondos oceánicos, cuando se inicie; en cuarto lugar otras actividades económicas como las torres de California, el tendido de cables y tuberías, etc., etc., más la investigación científica.

El carácter omnicomprensivo de esta codificación puede dar lugar al pensamiento iluso que por fin llegó la hora en que el mar sólo se utilice para propósitos civiles y económicos pacíficos. Tal fue en efecto la intención de los que elaboraron ese código y así lo hicieron constar en las palabras iniciales del mismo, considerandos, que no pueden ser más elocuentes.

Lejos de nosotros cualquier intención de  no tomarlas en cuenta; pero no por eso hemos de caer en la visionaria ilusión de creer que por fin llego la hora de la paz perpetua. No sólo en  aire y tierra si no en el mar continúa la rivalidad entre las naciones. Ellas siguen el dicho romano:
Vis pacem, para bellum
(Quieres la paz, prepara  la guerra).

En la escena mundial son las grandes potencias las que se disputan, si no el dominio al menos la hegemonía, lo cual mantiene  a la paz en una situación de equilibrio inestable: Estados Unidos, La Unión Europea, Rusia, la República Popular China y a caso otros. Esto es bien sabido y de ello no hace falta que digamos más por ahora en detalle, en cambio, y esto sí que nos incumbe, las rivalidades se dan también en los niveles regionales y en particular en nuestro, océano el Pacífico Sur Oriental.

Digámoslo francamente, nos preocupa: ¿Contra quién se arma Chile?, después de resuelto su problema fronterizo con la Argentina.

Hagamos un poco de historia: A Chile le  jode que el Perú le haga sombra. Así entendió la Confederación Peruano Boliviana y por eso se empeñó en derrumbarla, lográndolo con la ayuda de algunos buenos peruanos: Gamarra por rivalidad con Santa Cruz; el escritor Don Felipe Pardo y Aliaga y el entonces joven Ramón Castilla por que no aceptaban la división en dos partes que Santa Cruz quiso imponernos. Tenían razón. Cuarenta años más tarde Chile aprovechó la coyuntura favorable de un diferendo con Bolivia para atacar al Perú y devastarlo. El Perú se rehízo lentamente en un proceso de recuperación nacional que fue descrito por Don Francisco García Calderón Rey, pero quedó a un nivel económico y militar inferior y eso ha durado con altibajos hasta la época reciente. Hoy en día el Perú le vuelve ha echar alguna sombra en el plan económico al vecino del sur gracias a nuestro más rápido desarrollo sostenido en los últimos veinte años; es pues necesario mantener en tierra, mar y aire una fuerza disuasiva que prevenga cualquier propósito chileno en contra  nuestra. El actual presidente de Chile, Sr. Piñera actúa de manera que manifiesta que su propósito ante nosotros es amistoso y pacífico. Sin embargo sabemos que tiene en su entorno inmediato un general continuador del pensamiento geopolítico y estratégico del General Pinochet y sostiene que Chile sólo encontrará su equilibrio geopolítico cuando logre una supuesta frontera natural en el río Loa. Tal ambición tiene su historia.

                                              

En los años 1940 el entonces presidente de Chile Sr. Gabriel Gonzáles Videla, el mismo que hizo la Declaración sobre intereses marítimos que nosotros imitamos en el Decreto Bustamante, digo, propuso a Bolivia a cambio de no se qué, les facilitara el acceso a las aguas del Lago Titicaca para irrigar el desierto de Atacama. Bolivia tomo en serio ese trato y lo hizo estudiar por un profesor alemán quien emitió un grueso y sesudo dictamen el cual por lo visto detuvo el curso de los acontecimientos. Lo sé yo porque el ministerio de Relaciones Exteriores del Perú llego a obtener el texto de dicho documento, redactado en alemán, y yo lo traduje en circunstancias que he de contar en otra parte. Su conclusión era que el agua del lago solo podría a lo sumo aprovecharse en una mínima proporción pues si se reducía el espejo de aguas bajaría la evaporación y con ello se modificaría el clima del Altiplano pudiéndose convertir el Titicaca en un salar más como son los de Illunni y Coipasa en el territorio Boliviano hoy fronterizo con Chile.

Bien el propósito geopolítico de llegar al río Loa tiene por objeto lograr acceso al Lago Titicaca, el cual no siendo chileno a ellos no les importa que se seque con tal que lo puedan aprovechar durante un tiempo, pero eso sería fatal para nuestro departamento – región de Puno. Además el reciente descubrimiento de minerales de uranio en la sierra que  separa las aguas que van al Titicaca de las que van al Océano Pacifico sin duda acicatea tal ambición chilena de apoderarse del extremo sur de nuestro territorio.

Es pues necesario que el Perú siga una política a la vez de disuasión y persuasión contra  cualquier intento agresor de nuestro vecino del sur. Los candidatos en la presente campaña electoral no parecen haberse percatado de ello. A mi modo de ver hace falta prevenir no sólo en el nivel militar si no también en el diplomático y el político, hace falta, imitando lo que fue la política francesa después de la derrota de 1870, tejer una red de lazos y alianzas internacionales que nos escude y prevengan cualquier intención agresiva.

Pienso en primer lugar en los Estados Unidos que además de su peso mundial es la potencia hegemónica en el continente y en el segundo lugar pienso en Brasil que lo es en el ámbito sudamericano.

Los Estados Unidos nacieron a su vida independiente como un país pacifico y no agresivo. El primer himno que tuvieron antes que se compusiera el actual StarSpangeld Banner, rezaba como sigue:

My native country thee,
Oh land os liberty,
thy name I love.

I love thy rocks and rills,
thine woods and tempeld hills,
my heart in rapture thills
like that above.

Como ideal de país no cabe nada más idílico, bucólico es decir roussoniano; después las cosas se fueron complicando, pero en fin no vamos a resumir la historia de ese gran pueblo. Baste decir que una vez resuelto el gravísimo problema de la secesión interna y la lacra de la esclavitud (Abraham Lincoln)  los Estados Unidos pudieron en dos oportunidades sucesivas, ya en el siglo XX, salvar a la Humanidad y en particular a las democracias occidentales del dominio y opresión por las potencias autoritarias, y sobre todo la segunda vez, cierto que motivados por la rivalidad con la Unión Soviética, lograron una paz sin rencores ni venganzas.
  
                                                
Sería largo hablar de la diferencia entre doves (palomas) y howks (halcones) en la política exterior norteamericana. Quizá  los  halcones  sean  favorables  a Chile, pero debemos
conseguir que las palomas lleguen a ser alguna vez mas fuertes. Esto ha sucedido en efecto alguna vez,  cuando los Estados Unidos siguieron la vocación inicial con que nació esa gran potencia, por ejemplo allá en los años 1950 durante la guerra de Corea el general MacArthur salvó dos veces seguidas a Corea del Sur de caer en el dominio comunista, la primera vez por acción de Corea del Norte la segunda vez de la misma República China. Victorioso, MacArthur quiso atacar el propio territorio Chino más allá de la frontera del río Yalú, el presidente Truman se opuso.

Otro general de cinco estrellas, Bradley pronunció en el Senado un discurso decisorio que en resumen decía lo siguiente:
Mac Arthur wants
the wrong war
in the wrong place
at the wrong time
against the wrong enemy

Hubo pues un claro triunfo de las palomas por boca de quien supo hablar en lenguaje castrense. Eso es lo que debemos procurar que se logre a favor nuestro. Debemos actualizar la condena de la agresión contenida en la Carta de las Naciones Unidas y reactualizada por la Resolución 3314 que proclama la definición de la agresión y que yo he comentado en un libro el cual fue editado por la Academia Diplomática del Perú hace pocos años. Disuadamos con las armas y persuadamos con las ideas, tal es  este pues fundamentalmente el camino que nos
está abierto y en el cual nuestra diplomacia ante Washington  y en New York debe  jugar un papel fundamental.

En cuanto a Brasil tenemos serios motivos para pensar que la política brasileña en el teatro sudamericano nos ha de ser favorable sobre todo desde que hemos consumado la tarea de darles la comunicación interoceánica que ellos necesitan y ambicionan para sus estados de Acre, Rondonia y un tercero que según me dice la Embajada brasileña en Lima se llama Mato Grosso, para lo cual busca la salida al Océano Pacífico de su principal producto, la soya hacia sus mercados asiáticos.

Brasil concibió al principio su política interoceánica como una vocación de conquista, pero ellos se han convencido que nuestra cordillera andina les sería un obstáculo insalvable; mejor obtener por la vía pacífica lo que sería costoso y creemos imposible por la vía militar. Hay así una complementariedad geográfica y económica entre nuestras naciones. que ha de redundar en una ventaja recíproca.

En esto Brasil no vacila de continuar la línea que nos fue favorable cuando se formalizó la solución del problema fronterizo con el Ecuador en 1942 y en los años siguientes hasta quedar consolidada la frontera peruana  ecuatoriana y superada su antigua rivalidad, que era obra de agentes manipuladores, no de un pueblo tan a fin al nuestro.

También debemos revivir la simpatía hacia el Perú en un pueblo y nación como  la Argentina, al que nos ligan fuertes lazos históricos, no en vano el Perú es en buena parte un país sanmartiniano, ello no quita que por otro lado sea bolivariano, con la consiguiente vinculación con Colombia y también con el pueblo de Venezuela. No el que menos está México el gran país hermano por  ser mestizo y cuna de la cultura y porque distinguidos peruanos lo ayudaron en momentos críticos de su historia: La independencia y la intervención francesa.

He dejado para último lugar en América  la referencia a Bolivia, que antes se llamó Alto Perú.Tenemos en común la Meseta del  Collao con su lago Titicaca, ríos amazónicos, los idiomas vernáculos quechua y aymara, el chaqtado de la hoja de coca, la afición al ají y al olluco y tantas cosas mas. Por encima de las oscilaciones políticas de nuestros gobernantes esta la hermandad de nuestros pueblos y eso es lo que ha de pesar en definitiva.

Fuera de América debemos propiciar una solidaridad con nuestra causa de todos los demás pueblos y potencias especialmente China y Japón en Oriente, Francia, Italia, España, Alemania y la propia Gran Bretaña en Europa, etc., etc. en fin, todos inclinados a condenar la agresión.

En suma no nos faltan cartas que jugar en el juego político si alguna vez se presentara la ocasión de un peligro para la integridad   nacional,   ese   peligro  el Perú lo ha de vencer sin intención agresiva, sin otro propósito que defenderse y lograr la prosperidad sin daño de ningún otro pueblo. El Perú podrá entonces hacer un axioma de su vocación nacional, y un postulado de su política exterior y de defensa si por fin se lograse consolidar la paz internacional y se ahuyenta el fantasma de una eventual agresión en contra de nuestra integridad territorial y nuestra personalidad jurídica. Entonces, digo; nada regocijaría más al Perú que proclamar como axioma de su conducta  la celebre frase que la Biblia pone en boca del profeta Isaías

Las espadas se convertirán en arados
y las lanzas en podaderas.

¿Cuándo será eso posible? Sólo Dios lo sabe

 Lima San Borja, Marzo del 2011

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